Condiciones para pasar de pyme a ser parte de las grandes empresas

Si eres dueño de una pyme en España y te has planteado cómo dar el salto para convertirte en una gran empresa, estás en el lugar correcto. Aquí te compartimos las condiciones que debes cumplir para dar ese importante paso y formar parte de las grandes empresas. Descubre cómo hacer crecer tu negocio y alcanzar un nuevo nivel de éxito empresarial. ¿Estás listo para conocer los detalles? ¡Sigue leyendo!

¿Qué obligaciones tienes al hacer la transición de pyme a gran empresa? 

Cambiar el estatus de pequeña o mediana empresa (pyme) a una gran empresa conlleva una serie de obligaciones fiscales y contables. Comprender las nuevas obligaciones al realizar esta transición es esencial para garantizar un cumplimiento adecuado.

En este proceso de transformación, la orientación de un asesor experto desempeña un papel fundamental. Pues, ser parte de las grandes empresas implica más responsabilidades. 

La variación se manifiesta en varios aspectos como: la frecuencia de presentación de impuestos y el modelo de cuentas anuales requerido. Estos ajustes están vinculados a umbrales específicos de facturación y al número de empleados en la empresa. Una vez que estos umbrales se superan dentro de un período definido, surgen nuevas responsabilidades que deben ser abordadas.

No debes subestimar la complejidad de esta transición. Puesto que requiere una planificación detallada y un conocimiento profundo de las regulaciones fiscales y contables que afectan a las grandes empresas. 

Garantizar una transición exitosa implica buscar la asesoría especializada. Una que permita a tu empresa cumplir con estas nuevas obligaciones de manera eficiente y efectiva.

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¿Cuándo una pequeña o mediana empresa se convierte en una gran empresa?

El momento en que una pyme da el salto para convertirse en una gran empresa viene acompañado de una serie de implicaciones importantes. Por lo general, este cambio de estatus se produce cuando la empresa alcanza un volumen de negocio específico: uno que supera los 6 millones de euros durante el año en curso. Esta transición entra en vigor a partir del 1 de enero del año siguiente.

Una de las primeras responsabilidades que recaen en las nuevas grandes empresas es comunicar este cambio a la Agencia Tributaria. Este procedimiento se lleva a cabo presentando el modelo 036. 

Este trámite debe realizarse entre el 1 de enero y el 20 de febrero. Asimismo, a partir de 2017, las grandes empresas también están sujetas al Suministro de Información Inmediata (SII). Como resultado, deben enviar los registros de facturas emitidas y recibidas.

Dicho esto, la transición a gran empresa conlleva diversas implicaciones. Incluyendo la necesidad de presentar las autoliquidaciones 111 y 303 de forma mensual en lugar de trimestral. Además, los pagos fraccionados deben calcularse obligatoriamente con base en los ingresos del año en curso. No en relación con cuotas previas. 

Asimismo, la nueva normativa también establece que si el volumen de negocio supera el millón de euros debes notificar a la Administración tributaria mediante el modelo 840. Esta notificación la realizas en el mes de diciembre del año siguiente al que corresponde el pago del impuesto.

¿Quieres consultar esta información en el futuro? Aquí puedes ver un resumen de estos puntos clave a continuación:

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Obligaciones y clasificación de las grandes empresas 

El tránsito de las grandes empresas tiene la necesidad de someter las cuentas anuales a un proceso de auditoría.

Esta obligación se activa si la empresa cumple durante dos ejercicios consecutivos, a partir del cierre de cada uno, al menos dos de los tres requisitos siguientes:

• Si el total de activos supera los 2.850.000 de euros.
• Si el importe neto de la cifra de negocios supera los 5.700.000 de euros.
• Si el volumen de trabajadores durante el ejercicio supera los 50.

Además, desde el año 2016, los límites para la formulación de Cuentas Anuales Abreviadas están establecidas de la siguiente manera:

• Si el total de activos no supera los 4.000.000 de euros.
• Si el importe neto de la cifra anual de negocios no excede los 8.000.000 de euros.
• Si la cifra media de trabajadores empleados durante el ejercicio no supera los 50.

Clasificación de las empresas 

Para comprender mejor las diferencias entre estos tipos de empresas, es útil clasificarlas según su volumen de facturación y el número de empleados.

• Las microempresas, por ejemplo, cuentan con hasta diez trabajadores. Registran una facturación entre 0 y 2 millones de euros, compartiendo categoría con las pymes. 
• Las pequeñas empresas, en cambio, se caracterizan por tener más de 10. Pero menos de 50 empleados y una facturación entre 2 y 10 millones de euros.
• Las medianas empresas, por su parte, tienen entre 51 y 250 empleados. Cuentan con una facturación superior a 10 millones de euros, pero no inferior a 50 millones de euros.
• Por último, las grandes empresas superan los 250 empleados y facturan más de 50 millones de euros. Estas distinciones son fundamentales para determinar las obligaciones y el marco regulatorio al que cada empresa debe ceñirse. Especialmente a medida que crece y se desarrolla en el mercado.

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