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Qué es el

El Número de Identificación Fiscal
(NIF) es el código único que sirve
para identificar a las personas físicas
o jurídicas a efectos fiscales, por
lo que es necesario para realizar
cualquier trámite fiscal en territorio
español.

El NIF es obligatorio y una garantía
para cualquier relación comercial,
ya que está vinculado a una
dirección registrada, por lo que
puede ser rastreado y su
autenticidad verificada.

Tipos de NIF

NIF para empresas

En el caso de las empresas, la solicitud del NIF debe realizarse ante la Agencia Tributaria exactamente un mes después de la fecha de registro de la persona jurídica, es decir, un mes después de la creación de la empresa. De hecho, sin este documento, la empresa no existe a efectos fiscales.

Se podría decir, por tanto, que el NIF es como el "carné de identidad" de las empresas. Existen diferentes formatos para identificar cada tipo de NIF, no sólo a nivel de persona física o jurídica, sino con una serie de variantes que indican las características específicas del titular.

NIF para particulares
y autónomos

El NIF de las personas físicas es el mismo código que el de su documento de identidad, en el caso de los ciudadanos españoles será el del DNI y en el caso de los extranjeros residentes en España será el del NIE.

Para que sirve el NIF

Para qué sirve el NIF
Como hemos dicho,
el Número de Identificación
Fiscal es necesario para
cualquier tipo de operación
económica, ya que todas ellas
deben ser declaradas
a la Agencia Tributaria (AEAT).

Cuándo se utiliza el NIF

En concreto, el NIF debe aparecer en: Facturas emitidas por cualquier empresa o profesional establecido en España.

Recibo o pago a cualquier trabajador dependiente en España.

Recepción o pago de capitales mobiliarios en España o de bienes o valores situados en España.

Transferencia o adquisición de valores.

Adquisición de activos financieros con rentabilidad implícita.

Actos o documentos de constitución, adquisición, transmisión, modificación o extinción de derechos reales sobre bienes inmuebles.

Operaciones con entidades de crédito.

Aportación o percepción de planes de pensiones.

Seguros o transacciones financieras.